Acabó, con 400 personas en pie, ovacionándola de manera sentida y calurosa, entonando ‘Adiós, con el corazón, que con el alma no puedo…”, punto y final a un discurso memorable, veinte minutos de duración que condensaron su vida y, a la par, la mitad de la historia del golf español.
Emma Villacieros, Presidenta de la RFEG entre diciembre de 1988 y diciembre de 2008, cerró el círculo de manera magistral a un homenaje, por parte de todo el golf español, que perseguía reconocer su incansable labor en pro de nuestro deporte a lo largo de toda su vida.
La Gala del Golf Español 2008 se convirtió desde el primer momento en una sucesión de sentimientos a lo largo de más de tres horas de intensas emociones. El pasado, el presente y el futuro entrelazaron sus manos durante un acto ya tradicional que alcanzó su undécima edición con la decidida apuesta de ser un punto de encuentro del golf español en toda su extensión.
Esa vez, más que nunca, el objetivo se cumplió a rajatabla. Por el escenario pasaron aquellos que constituían el presente más rabioso y quienes se postulaban como el futuro más radiante, jugadores y jugadoras de enorme calidad y proyección que recogieron sus premios como respuesta a los numerosos y significativos triunfos internacionales conseguidos en aquel año 2008.
Lo más intenso, sin embargo, llegó durante y después de la cena, huecos temporales especialmente diseñados para el recuerdo, encarnado en este caso en el genio y la figura de Emma Villacieros, quien batalló de manera incansable durante toda su vida para convertir al golf en un deporte cada vez mejor.
Gonzaga Escauriaza, nuevo Presidente de la RFEG, y Luis Álvarez de Bohorques, en sendos emotivos discursos, tuvieron palabras de cariño y agradecimiento en nombre de todo el golf español.
Su obstinación para convertir el golf en un deporte popular y, más complicado aún, hacérselo sentir así al resto de la sociedad española; su férreo empeño en involucrar a las Administraciones Públicas en la construcción de campos públicos a lo largo y ancho de la geografía española; las maratonianas gestiones para hacer del Centro Nacional de Golf una feliz realidad; el apoyo a la cantera del golf español; la transformación radical de un deporte minoritario; los continuos éxitos deportivos; la histórica celebración de la Ryder Cup en España en 1997; el golf olímpico como bandera de una forma de ser y de pensar en beneficio del golf mundial…
Decenas y decenas de aspectos relacionados con la vida de Emma Villacieros, con la historia del golf español en definitiva, salieron a relucir a lo largo de un par de horas inolvidables salpicadas además con la emisión de diversos vídeos en los que personas íntimamente relacionadas con el golf español –y en consecuencia con Emma Villacieros– le dedicaron palabras elogiosas, cariñosas y descriptivas de una forma de ser, de una forma de pensar, que la ya entonces Presidenta de Honor de la RFEG había puesto de manifiesto a lo largo de toda su vida.
Emma Villacieros, en el punto álgido de la Gala del Golf Español 2008, recogió el testigo con la habilidad que le caracterizaba, iniciando una alocución vibrante y brillante dirigida a la distinguida representación de personalidades españolas y extranjeras –del PGA European Tour, de Federaciones Europeas, de los máximos organismos británicos…– presentes en la sala, pasando por Federaciones Territoriales, Clubes, Juntas Directivas y Comisiones Delegadas de la RFEG, empleados, profesionales, amateurs, federados, patrocinadores, organizadores, medios de comunicación… todos y cada uno de los estamentos que componían y componen el golf español fueron objeto de atención de un repaso histórico que concluyó como no podía ser otra forma, con una sonora ovación, de parte de 400 personas puestas en pie, en señal de reconocimiento. Emotivo. E histórico.