Con este reconocimiento, la Asociación Española de Normalización y Certificación (AENOR) asegura que el Sistema de Gestión Ambiental adoptado por el campo onubense, ubicado en Matalascañas, en el linde con el Parque Natural de Doñana, responde a un modelo de gestión sostenible y respetuoso con el entorno.
Asimismo, Golf Dunas de Doñana se ha hecho acreedor, por sus reconocidos méritos en gestión medioambiental, a la ‘Etiqueta Doñana 21’, un distintivo creado por la Fundación Doñana 21 para realzar los valores diferenciales de las empresas y productos de la Comarca de Doñana, una distinción que le será entregada al club durante un acto que se celebrará el próximo jueves, 16 de junio, en las instalaciones de Golf Dunas de Doñana.
A través de la ‘Etiqueta Doñana 21’ las empresas adheridas incorporan a la gestión cotidiana de sus empresas evidencias de gestión responsable respecto a estándares reconocidos de calidad y medio ambiente, así como de respeto al entorno social y económico en que desarrollan sus actividades.
Vicente Muñiz, gerente de Golf Dunas de Doñana, considera la obtención de estas certificaciones como “un reconocimiento que demuestra que Golf y Medio Ambiente, lejos de caminar separados, pueden ir de la mano. Nuestro campo, en ese sentido, es la prueba más evidente de esta tan buscada compatibilidad “
“Desde que el campo era un proyecto, pasando por su fase de construcción y, ahora, por la de su consolidación, hemos sido tremendamente escrupulosos con la gestión medioambiental de todos los recursos. Golf Dunas de Doñana es sin duda alguna un modelo de campo de golf ecológico de España, sensibilizado con el nuevo concepto de turismo sostenible”, continúa Vicente Muñiz.
El gerente de Golf Dunas de Doñana sostiene que “hemos logrado dotar a uno de los espacios naturales más privilegiados de Europa de unas instalaciones deportivas de primer nivel que constituye uno de los escaparates más atractivos en el segmento de golf para jugadores y empresas que desean vincular su imagen al mundo del medio ambiente y el deporte de elite”.
La adopción de una serie de medidas de impacto ambiental y respeto por el entorno hacen de Golf Dunas de Doñana el primer campo de golf totalmente ecológico del país. Su plan de gestión medioambiental está centrado en varios apartados, entre los que destaca la conservación del paisaje y la herencia natural mediante la recuperación de la flora y fauna autóctona y una mínima erosión de los suelos.
No en vano, Dunas de Doñana ha sido diseñado de forma que cada hoyo dispone de una personalidad paisajística propia, pero siempre en respeto con la naturaleza. Por eso, en su fase de construcción, los movimientos de tierras fueron mínimos y el recorrido del juego se adaptó a la orografía existente realizando especial esfuerzo en recuperar la fauna y flora locales. El romero, lentisco, sabinas y pinos piñoneros de la vegetación autóctona del Parque Natural de Doñana se convierten en sello identificativo de este espacio de ocio y deporte.
La gestión de los recursos hídricos –toda el agua empleada para el riego proviene de la estación depuradora de aguas residuales de Matalascañas, con un tratamiento pionero de filtración por membrana que permite almacenar el agua sin riesgo alguno de olores– permite optimizar el consumo según las profundidades del suelo, con cuatro lagos, con un total de 22.000 m2, diseñados con terminaciones en forma de playa para favorecer el crecimiento de plantas, el desove de los peces y el anidamiento de aves acuáticas, que conviven con especies de aves autóctonas del Parque Natural de Doñana: petirrojos, aláudidos, mirlos, lavanderas, tarabillas, urracas, garzas, correlinos, cigüeñuelas y pollas de agua con sus crías. Además, es habitual ver crías de conejos, ya que los adultos permanecen en las madrigueras localizadas en la zona del rough.
El correcto tratamiento del césped, la utilización racional de fertilizantes –que evita el uso de productos químicos contaminantes para el control de plagas, empleando métodos alternativos como la lucha biológica o integrada–, la gestión de residuos selectivos, el uso eficiente de la energía... constituyen un ejemplo que es controlado y evaluado continuamente a través de la Comisión de Seguimiento Medioambiental, formada por el Ayuntamiento de Almonte, la Fundación Doñana 21, la Cátedra de Ecología de la Universidad de Córdoba y la asociación conservacionista WWF Adena, que mide permanentemente el impacto medioambiental del proyecto y vigila el cumplimiento de la normativa internacional sobre medioambiente en campos de golf.