Antes de adentrarnos más en situaciones a las que en repetidas ocasiones tenéis que enfrentaros y en los recursos psicológicos más acertados para que les podáis hacer frente, vamos a dedicar los próximos artículos a aclarar algunas de las variables psicológicas que se ven afectadas en esas situaciones y las cuáles debéis tener muy claras para poderlas manejar o controlar.
Múltiples variables
En este primer artículo, de varios dedicados a las variables psicológicas que influyen en el rendimiento deportivo, nos vamos a ocupar de la motivación. Seguro que en múltiples ocasiones habéis escuchado en la voz de vuestros padres, entrenadores e incluso en la vuestra, frases que contienen términos del tipo: “Este chico está muy poco motivado para entrenar”, “Mi hijo ha ido al Campeonato de España excesivamente motivado”, “No estoy nada motivado para ir a la competición que se celebra en mi club este fin de semana”, “No entiendo cómo a mi compañero de equipo le puede motivar tanto ir a entrenar todos los días”...
Para que lo entendamos algo mejor, podemos definir la motivación, coloquialmente hablando, como “tener ganas de o estar interesado en...”. Por ejemplo, un golfista puede tener muchas ganas o estar muy interesado en ir a jugar una competición que para él es muy importante, o lo que es lo mismo, puede estar muy motivado para jugar esa competición.
La motivación, como cualquier otra variable psicológica que influye en el rendimiento deportivo de cualquier disciplina, es algo que vosotros mismos, como deportistas, podéis controlar, no esperando a que las propias características de un acontecimiento o competición provoquen un aumento o disminución de la misma, influyendo de forma positiva o negativa en vuestro rendimiento y, por lo tanto, en el resultado obtenido.
Por regla general, y debido a vuestra corta edad y a las escasas experiencias negativas a las que os habréis tenido que enfrentar, relacionadas con el deporte que practicáis, vuestro nivel de motivación será muy elevado y gracias a éste os mantenéis trabajando y entrenando duro casi de forma diaria.
Motivación básica y cotidiana
La motivación tiene muchas características, dentro de las cuáles podemos hablar de motivación básica y motivación cotidiana. Deberíais hacer una pequeña reflexión para saber cuál de estos dos tipos de motivación es la que más influye en vosotros para que dediquéis gran parte de vuestro tiempo a jugar al golf.
1. La motivación básica se refiere al interés que tenéis por conseguir algunos objetivos o resultados deportivos y los beneficios que os aportarán los mismos.
2. Por otro lado, la motivación cotidiana se refiere al interés que tenéis por el golf por sí mismo y al disfrute que obtenéis cada vez que le dedicáis un ratito de vuestro tiempo a esta actividad.
Debido también a vuestra corta edad, debéis tener un mayor nivel de motivación cotidiana, ya que ésta será la que os haga disfrutar diariamente con el deporte que practicáis. Para ello, y como consejo, es necesario que os planteéis conseguir en los entrenamientos objetivos de realización, conductas que dependan de vosotros mismos, como mantener el palo de un modo concreto en el back swimg, desgirar, coger el grip de una manera determinada... y hacer una evaluación de si habéis o no conseguido ese objetivo y cómo podéis mejorarlo al día siguiente, una vez que haya acabado el entrenamiento.
Encarna María Lozano Casero
Psicóloga Especialista en Actividad Física y Deporte