Hay momentos en la competición en que los nervios hacen acto de presencia. El tee del hoyo 1 o los últimos hoyos son situaciones en donde es importante controlar esos nervios. Cuando estamos nerviosos tendemos a hacer respiraciones cortas y superficiales con la parte superior de los pulmones, de tal forma que el organismo recibe menor cantidad de oxígeno que con la respiración diafragmática. Veamos en qué consiste respirar diafragmáticamente y los pasos para que aprendas fácilmente a utilizarla.
Cómo es tu respiración
Imagina que los pulmones están divididos en tres partes: la zona más baja sería la parte del diafragma, una zona intermedia que sería la parte inferior de los pulmones y la zona más alta formada por la parte superior de los pulmones.
De pie, respira varias veces profundamente con una mano colocada en el pecho y la otra sobre el estómago. Si la mano que tienes sobre el pecho es la que se mueve, tu respiración es pectoral. Si, por el contrario, la mano del estómago es la que se mueve en primer lugar, enhorabuena, respiras diafragmáticamente.
APRENDE A RESPIRAR CON EL DIAFRAGMA
Para el aprendizaje de la respiración diafragmática es mejor que estés tumbado boca arriba. Coloca las dos manos igual que en el ejercicio anterior. Inspira por la nariz e intenta llenar de aire la parte más baja de los pulmones, como si empujaras el aire hacia el estómago. A continuación llena la parte media, y verás cómo se hincha y se levanta el pecho. Por último, llena la parte superior de los pulmones y fíjate cómo se elevan los hombros. Estas tres fases se deben realizar de forma suave y continua. Después de realizar la inspiración completa, mantén la respiración durante unos segundos y suelta el aire lentamente. La espiración debe durar aproximadamente el doble que la inspiración.
Realiza este ejercicio diariamente durante 10 minutos y verás cómo en muy pocos días eres capaz de respirar con el diafragma de una forma natural. Respirar correctamente desde el diafragma en vez de desde el pecho es uno de los métodos más sencillos y efectivos para controlar los nervios de la competición.
Por Óscar del Río
Psicólogo Deportivo especializado en Golf