El campo del Centro Nacional de Golf, sede de la RFEG en la capital de España, está transformando su paisaje en la búsqueda de una mayor sostenibilidad medioambiental. El cambio de imagen gradual, que se está produciendo en el campo de golf, no sólo se debe a que está siendo uno de años más calurosos que se recuerdan en las últimas décadas, sino a que se están produciendo una serie de cambios y transformaciones enfocadas a una gestión más eficiente y sostenible de los recursos naturales.
El Centro Nacional de Golf, adaptándose a la legislación vigente, ha comenzado a utilizar agua reciclada para el riego de todo el campo de golf. Esto ha supuesto, además de un coste añadido al presupuesto anual de mantenimiento la reducción en la dotación anual de agua para el riego, suministrada por la Confederación Hidrográfica del Tajo, lo que significa que ahora hay menos agua para regar el campo.
Para adaptarse a todos estos cambios, el Centro Nacional está adoptando numerosas medidas paliativas sostenibles pero siempre enfocadas a garantizar el disfrute y la satisfacción de los jugadores que cada día acuden a sus instalaciones. Como principales cambios se han suprimido bunkers que no entraban en juego y se han reducido las zonas regables, sobre todo de rough, priorizando el riego de greenes, calles y tees. Aunque el campo muestra un aspecto más seco en algunas zonas, se ha conseguido un paisaje mucho más natural y además, la jugabilidad ha mejorado considerablemente, ya que la bola rueda mucho más y los niveles de firmeza han aumentado notablemente.
Asimismo, el Centro Nacional quiere tomar como ejemplo campos como el de Chambers Bay, en la última edición del US Open o el Golf National de París, que albergará la Ryder Cup en 2018, ejemplos que demuestran que no es necesario un campo de golf completamente verde para que uno disfrute jugando al golf. Este enfoque sostenible culminará con la futura reforma del sistema de riego que garantizará un uso más eficiente del agua reciclada en las principales zonas de juego.