Cómo ya sabéis por otros artículos o por alguna charla de las que he dado no soy nada partidario de que los padres hagan de entrenadores de técnica, de estrategia o de preparación física. Para ello lo deseable y lo habitual es que tu hijo cuente con un entrenador el cual contará con la formación, los conocimientos y la experiencia más que suficientes para entrenar a tu hijo.
Sin embargo el entrenamiento mental de tu hijo sí que es responsabilidad de los padres en un porcentaje muy elevado. Enseñarles a confiar en sí mismos, a tomar decisiones o cómo afrontar situaciones que pueden generar ansiedad ya sean exámenes o competiciones es responsabilidad de los padres entre otras cosas porque son los que más influencia tienen sobre ellos hasta los 12-13 años de edad.
Ser el entrenador mental de tu hijo ya es una labor harto complicada por lo que te recomiendo que no quieras ser también su entrenador de técnica. Seguro que vas a descuidar el desarrollo de su fortaleza mental. Os podría dar más razones por las que los padres no deben de hacer de entrenadores de técnica pero solamente insistiré que ser su entrenador mental es el rol más importante que puedes asumir de cara al posible desarrollo de carrera de tu hijo como jugador de golf.
Pero claro, quizás te estés preguntando ¿Cómo hago para ser su entrenador mental? Pues el primer paso es saber qué situaciones son las que más les suele costar afrontar a los niños-jóvenes cuando practican deporte de competición.
Aquí tienes las 17 situaciones más difíciles a las que se enfrentan los jóvenes deportistas cuando desarrollan una actividad competitiva:
1. Afrontar las dudas y los pensamientos negativos acerca de su rendimiento en la competición (40.1%)
2. Dejarse llevar por los errores, sentirse frustrado y enfadado (40%)
3. Preocuparse demasiado por lo que puedan pensar otras personas con respecto a su juego (entrenador, padres, amigos) (37.6%)
4. Jugar dubitativamente o sin firmeza cuando se enfrentan a jugadores cualificados (35.8%)
5. Mantener buenas expectativas sobre su rendimiento (34.7%)
6. Autopresionarse por el resultado o la victoria (34.1%)
7. Jugar con miedo y con dudas después de cometer un error (33.6%)
8. Rendir más consistentemente en el entrenamiento que en la competición (33.2%)
9. Olvidar los errores y seguir jugando tranquilo (33.0%)
10. Mostrarse demasiado perfeccionista, lo cual significa que quieren rendir perfectamente y sin errores durante toda la vuelta. (31.9%)
11. Sentirse dolido y menospreciado por los comentarios críticos de su entrenador (30.3%)
12. Sentirse tenso y preocupado durante la competición (28.6%)
13. Tener baja autoconfianza en el deporte (26.5%)
14. Carecer de objetivos bien definidos (25.4%)
15. Analizar demasiado los errores y pensar demasiado a cerca de como tener una técnica perfecta (22.8%)
16. Sentir dificultades para jugar con libertad y confianza en los momentos decisivos (22.6%)
17. Asociar la autoestima personal al rendimiento o resultado de la competición (18.4%)
Estas 17 situaciones no dejan de ser el reflejo de una encuesta pero sí que te pueden aportar información útil sobre cuáles pueden ser las necesidades de tu hijo. No obstante, lo mejor es que observes y preguntes a tu hijo sobre qué situaciones son las que más le cuesta afrontar antes – durante y después de la competición. Y después entre los dos intentéis buscar las mejores soluciones ante esas dificultades. En próximos artículos iremos viendo qué estrategias y cómo puedes ayudar a tu hijo a afrontar estas situaciones tan habituales en la competición.