Gonzalo Fernández-Castaño promete guerra de cara al fin de semana en el Open de España más incierto de los últimos tiempos, una declaración de intenciones a la que se suma Álvaro Velasco, los dos españoles que, desgranados 36 hoyos, se encuentran más cerca del nuevo líder, el norteamericano Peter Uihlein, sólo cuatro golpes de diferencia que, tal y como están las cosas, tal y como son las dificultades intrínsecas de El Saler, lejos de ser un mundo constituyen apenas un suspiro.
De hecho, el Open de España sigue revistiéndose de un manto de incógnitas, y es que la clasificación, comprimida hasta extremos insospechados, se ha reorganizado en su parte más alta para generar un nuevo ‘totum revolutum’, un múltiple coliderato forjado durante horas, integrado por Felipe Aguilar, Rikard Karlberg y Raphael Jacquelin, destrozado en el último momento, en el último partido del día, por el citado Peter Uihlein, capaz de rubricar dos birdies de efectos devastadores en los dos últimos hoyos.
La atalaya momentánea del norteamericano Peter Uihlein no ofrece sin embargo seguridad alguna, entre otras cosas porque el pelotón perseguidor, con el cuchillo entre los dientes, está también integrado, sin ir más lejos, por los españoles Gonzalo Fernández-Castaño y Álvaro Velasco, quienes desde la decimocuarta posición tienen opción, vaya si la tienen, de aspirar a un triunfo abierto a aspirantes tan múltiples como variopintos.
El madrileño ofreció en esta segunda ronda seguridad a falta de chispa, solventando dificultades en su recorrido a base de buen y reconocido oficio, birdies y bogeys casi en la misma proporción que desniveló sin embargo un doble bogey en su undécimo hoyo.
Álvaro Velasco, por su parte, aspira a respaldar su notable trayectoria deportiva con una buena actuación en el Open de España. Birdies, bogeys y un doble bogey pusieron de manifiesto su capacidad de acción y reacción, obligadas respuestas a las sucesivas y complicadas propuestas del recorrido del El Saler. Está en la lucha, lo sabe, e intentará aprovechar al máximo en los 36 hoyos que faltan.
Antes, durante bastante tiempo, bien parecía que el torneo iba a adquirir un ligero tinte sueco, el que le confería Rikard Karlberg, un jugador relativamente joven, de 26 años, que realizó una propuesta demoledora tras rubricar el par del campo en la primera jornada. Lejos de asumir otro papel anodino, el golfista sueco, a las bravas, acabó el hoyo 4 ¡con 5 bajo par!, producto de tres birdies y un eagle en el hoyo 2 que, al margen de admiración general, le catapultaron a un liderato que afianzó luego con sendos birdies en el 11 y en el 14.
La presión creciente, sin embargo, le bajó del limbo, dos errores en los dos últimos hoyos que le dejaron al alcance de Peter Uihlen, un joven de 24 años que, a la chita callando, está labrando una curiosa trayectoria en el Circuito Europeo, donde busca una gloria hasta el momento concretada en 3 Top 20 y un cuarto puesto en Sudáfrica en la presente temporada.
El chileno Felipe Aguilar, también colíder tras la primera ronda, volvió a ofrecer una imagen tan solvente como repetitiva, una sólida vuelta de todo de pares menos un birdie –en el 3– que contrastó con la opción elegida por el francés Raphael Jacquelin para compartir la segunda plaza, nada menos que siete birdies por un solo bogey que avalan a quien cuenta en su hoja de servicios con dos triunfos en el Challenge Tour y tres en el European Tour, entre ellos el Open de Madrid de 2005.
¿Y Sergio García? Un birdie, dos bogeys y quince pares, una vuelta correcta pero lejos de sus propias expectativas. El castellonense quiere más, mucho más, pero no ha encontrado de momento la fórmula para doblegar a El Saler. Tampoco el líder y los segundos clasificados. Y es que este Open de España sigue abierto a todo y a todos.