. David Puig, de nuevo 2 bajo par, se posiciona en el puesto 19 alcanzado el ecuador del torneo olímpico
. Triple empate en lo más alto de la clasificación entre el norteamericano Xander Schauffele, el japonés Hideki Matyusama y el británico Tommy Fleetwood, todos con 11 bajo par
Dos zarpazos de los que perduran en el tiempo, tres birdies consecutivos entre los hoyos 2 y 4 y otra ristra de tres aciertos seguidos entre el 14 y el 16, constituyeron la guerrera declaración de intenciones de Jon Rahm durante la segunda jornada del torneo olímpico.
Un debut positivo y una segunda ronda mucho más sólida aún han tenido consecuencias muy positivas en la clasificación para el golfista español: cuarto puesto, al acecho de quienes de una forma u otra se han convertido, por el momento, en inexpugnables.
Es el caso del trío de jugadores -el norteamericano Xander Schauffele, el japonés Hideki Matyusama y el británico Tommy Fleetwood- que comanda la tabla con 11 bajo par, dos golpes menos que Jon Rahm conseguidos en todos los casos por vías semejantes pero distintas.
La paciente y metódica actuación de Matsuyama, que le permitía mantener el liderato en solitario adquirido el día anterior durante toda la jornada, se quebró en el último instante al rubricar doble bogey como consecuencia de una bola empotrada en el rough, un golpe en la práctica de solución imposible que condujo a la doble penalización.
El inesperado tropiezo del jugador asiático fue aprovechado de inmediato por Xander Schauffele y Tommy Fleetwood. El estadounidense, vigente campeón olímpico y con dos ‘grandes’ en su haber este año, añadió un valiosísimo 5 bajo par a sus -6 de la primera jornada, una suma de aciertos adquirida igualmente por el británico a base de contumaz acierto.
Un eagle y seis birdies precedieron un hoyo final asimismo aciago para Fleetwood, autor de un inoportuno bogey que lastró ligeramente sus opciones al tiempo que, triple empate en la cabeza mediante y con Jon Rahm al acecho, eleva la emoción del torneo a cotas verdaderamente olímpicas.
Efectivamente, muy cerca de todos ellos, dando la sensación, lo saben, de que hay que tener muy en cuenta a Jon Rahm se encuentre a la distancia que se encuentre, el golfista español soltó el puño al aire en el hoyo 18 tras embocar un putt complicado que redondeó su fiesta. “Ha sido un gesto más de alivio que otra cosa”, reconocía Jon Rahm al término de su notable jornada, 66 golpes para 133 en total que le ubican en la zona donde ya empieza a oler a medalla a falta de 36 hoyos para la conclusión.
El golfista español, en la segunda jornada, cumplió de sobra, manejando de manera sobresaliente todo tipo de golpes para convertir en anécdota el único error del día, tres putts en el hoyo 8 tras dejarla en green desde el tee de salida. Por detrás y por delante de ese solitario bogey muchas acciones positivas para asentarle en un grupo que ha adquirido una corta pero significativa ventaja sobre el resto de participantes.
Con ganas de acceder a ello, sin dar nada por perdido, el español David Puig también hacía una atrevida declaración de intenciones tras repetir el mismo resultado, 69 golpes, que en la primera ronda. “Hemos venido a por una medalla, no ha hacerlo bien”, manifestaba el barcelonés con convicción al término de su ronda.
Bien al principio, con un final más discreto y complicado en la primera jornada, David Puig invirtió su actuación para llegar al mismo sitio, una vía en cualquier caso más adecuada, aciertos al final, para mantener el ánimo al alza. Situado en el puesto 19, el coraje y el empuje del español continúa intacto. Su maestro y amigo Rahm le ha enseñado el camino.