. Una adecuada planificación y mantenimiento de los campos de golf reporta beneficios al medioambiente muy significativos
. La disminución de la contaminación ambiental y del suelo es uno de los efectos más visibles de los campos de golf
Una adecuada planificación y mantenimiento de un campo de golf reporta beneficios al medioambiente que son especialmente significativos cuando lo comparamos con otras actividades agrícolas, industriales y, en general, con la mayoría de las actividades empresariales. Esos beneficios medioambientales se derivan directamente del uso del agua para el cultivo extensivo de los céspedes que conforman la cubierta vegetal viva y perenne de un campo de golf, que afectan de forma positiva al Ciclo del Agua, sirviendo además como claros atenuantes del calentamiento global.
Control de la erosión y la sedimentación
Los campos de golf sirven como la mejor protección frente a la erosión del agua y el viento. Nuestro suelo es uno de los recursos de mayor valor y también uno de los menos renovables. El 85 por ciento del territorio nacional presenta problemas de erosión de moderados a graves. La erosión del suelo es justo el paso anterior a la desertización.
Conservación y mejora del suelo
La gran densidad de la cubierta vegetal previene la compactación, aumentando la estabilidad de los agregados del suelo, estimulando el contenido de materia orgánica y aumentando su fertilidad. En definitiva, contribuyendo eficazmente a la conservación del suelo.
Reducción de las partículas en suspensión
Las partículas sólidas del aire, como el polvo, quedan retenidas o absorbidas en la superficie de las hojas, mejorando la calidad del mismo, disminuyendo la polución y los procesos alérgicos derivados de ésta.
Recarga de acuíferos subterráneos
Al reducir la erosión y la escorrentía superficial, favorecemos la infiltración del agua en profundidad y la recarga de los acuíferos.
Reguladores de la temperatura
En áreas urbanas, la temperatura puede ser de 5 a 6 ºC mayor que en las zonas rurales colindantes. El césped de un campo de golf, a través de la evotransporación (el 10 por ciento de agua contenida en la atmósfera proviene de este proceso), enfría las masas de aire en contacto con la superficie, haciendo que el calor generado por nuestra actividad se disipe, disminuyendo la temperatura y refrescando el ambiente.
Adsorción de SO2
El dióxido de azufre pasa a la atmósfera de forma natural por las emisiones volcánicas y oceánicas, pero la mayor parte se genera por la actividad de procesos industriales, centrales eléctricas y por la combustión de carbón y productos derivados del petróleo. La oxidación del SO2 contenido en la atmósfera, junto con la de los óxidos de nitrógeno, da lugar a ácido sulfúrico y ácido nítrico al interaccionar con el vapor de agua, disolviéndose y formando lo que conocemos como lluvia ácida, la cual produce efectos perjudiciales sobre el medioambiente de toda índole.
Las plantas son capaces de absorber dióxido de azufre a través de las estomas de las hojas. Aunque esto no supone un beneficio en la fisiología de la planta, supone un claro beneficio medioambiental. Una hectárea de césped puede adsorber 1,2 kg de SO2/día, lo que implicaría que un campo de golf de 18 hoyos puede llegar a tasas de absorción de 65 kg de SO2/día.
Filtración y depuración del agua. Prevención de la contaminación
El césped crea un sistema radicular adventicio tremendamente denso que intercepta gran parte de los nutrientes y elementos químicos que se disuelven en el agua, actuando como un gran filtro y evitando la contaminación de aguas profundas y embalsadas.
Degradación de compuestos químicos orgánicos
La descomposición de las raíces, de los rizomas y estolones de los céspedes sustenta a una gran parte de los microorganismos del suelo, que degradan (se alimentan de) compuestos químicos orgánicos, entre los cuales se encuentran los pesticidas.
Fitorremediación
Esta práctica consiste en restablecer o generar suelos degradados y contaminados, o mejorar la calidad del aire y del agua, con plantas capaces de contener, degradar o eliminar metales, residuos de explosivos, derivados del petróleo, problemas asociados a antiguos vertederos o cualquier otro tipo de contaminante.
Es un medio eficiente, limpio y barato para el cual se pueden utilizar distintas especies de céspedes (por ejemplo el Ryegrass para la eliminación de cadmio o el Seahore Paspalum para suelos contaminados por otros metales pesados como el cesio).
Dentro de esta práctica, encontramos la fitoextracción, proceso por el cual la planta, a través de su metabolismo, induce un cambio químico que inactiva, degrada o inmoviliza el efecto contaminante de la sustancia en cuestión.
Hábitat favorable para el desarrollo de la Fauna
Claro está que durante la fase de construcción del campo se crea un ambiente negativo en este sentido, pero una vez establecido, y pudiendo utilizar plantas autóctonas en las zonas adyacentes al césped, se generan unas condiciones favorables para el incremento de la biodiversidad animal, especialmente la avifauna.
Reducción del ruido y el fulgor
El césped de un campo de golf cercano a zonas residenciales o aeropuertos tiene la capacidad de disminuir o abatir el ruido que se deriva de la circulación de vehículos, aviones o actividades industriales. Por otra parte, el césped refleja la luz de una forma multidireccional, disminuyendo el estrés visual provocado por el resplandor.
Contención frente a los incendios
Los lagos que encontramos en los campos de golf sirven como agua disponible y cercana a la hora de apagar un incendio forestal. La propia extensión del campo puede servir también como un cortafuego muy efectivo.
Información extraída del libro ‘El swing del agua’ - Francisco Javier García Ircio (ingeniero agrónomo)