. Adri Arnaus, tercero; Rafael Cabrera-Bello, sexto; Pablo Larrazábal, noveno; y Santiago Tarrío, duodécimo, pueblan de españoles las primeras posiciones
Los graderíos del hoyo 18, repletos de personas ávidas de transmitir su contagiosa energía a su ídolo, volvieron a rugir con tremenda intensidad. El responsable de la reacción fue Jon Rahm, que volvió a enloquecer con sus espectaculares acciones al público del ACCIONA Open de España presented by Madrid.
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El vasco, segundo clasificado en el ecuador del torneo, a un solo golpe del holandés Wil Besseling, el único jugador que hasta el momento no ha manchado su tarjeta con algún bogey, acababa de rubricar un espectacular birdie, punto final a una vuelta muy trabajada (67 golpes), de mucho mérito, rematada desde el rough de la izquierda de la calle con un sensacional approach resuelto mediante birdie que provocó el delirio de sus seguidores.
“Es muy bonito jugar con un público tan entregado”, reconoció Jon Rahm al tiempo que recomendaba poner los dispositivos móviles en silencio para facilitar el juego. Algo menos fino que en la primera ronda, el vasco recurrió a su impresionante oficio para sacarse de la chistera golpes de recuperación esplendorosos, anotar un sensacional eagle en el 14 -el mismo punto donde en la primera jornada le arañó dos golpes al campo- y desencadenar una reacción telúrica en la legión de aficionados rendidos ante su magia en el hoyo 18.
De los récords a la perfección, el ACCIONA Open de España presented by Madrid transita por niveles excelsos alcanzado el ecuador de la competición, donde Wil Besseling, nuevo líder, se distingue como el único jugador que mantiene sus tarjetas inmaculadas de errores.
Brillo y esplendor, su segunda sobresaliente actuación no permite sin embargo al holandés el más mínimo respiro, que al acecho se encuentran, sintiendo el aliento en el cogote, quienes en base a reconocidos méritos cuentan con el sello de grandes favoritos al triunfo, entre ellos cinco españoles instalados en la parte alta de la tabla: Jon Rahm, Adri Arnaus, Rafael Cabrera-Bello, Pablo Larrazábal y Santiago Tarrío.
En esta compleja y emocionante situación en la que se interna el torneo, Wil Besseling ha acaparado por el momento el máximo protagonismo. El holandés, integrante del extenso grupo de jugadores que luchan con denuedo semana tras semana por salir del anonimato, poseedor de una hoja de servicios con un solo triunfo en el Colombia Masters 2008 del Challenge Tour desde que se hiciera profesional en 2007, se ha adaptado con filosofía darwiniana al recorrido madrileño, un hábitat óptimo donde no ha cometido ningún bogey después de 36 hoyos.
Autor de una primera tarjeta de 64 golpes -en una ronda donde si no brilló más fue porque la parte alta de la clasificación se pobló de jugadores excelsos con capacidad de batir el récord del campo-, Wil Besseling estuvo a punto de replicarla, 65 en esta segunda ocasión con ese requerimiento imprescindible, ausencia de bogeys, para sobresalir en este torneo.
A la zaga, bien presente desde su retrovisor y al margen de Jon Rahm, se encuentra a dos golpes Adri Arnaus, que recuperó a zancadas la desventaja acumulada en la primera jornada. El catalán, con ganas de reeditar posiciones de privilegio obtenidas a pulso en 2019, cuando fue cuarto, se sometió a la exigencia máxima de no cometer errores para ascender 18 puestos en la clasificación y postularse como jugador a seguir con gran atención en lo que resta de competición.
Siete birdies y ningún bogey (64 golpes, la mejor vuelta del día) fue un más que convincente resultado de Adri Arnaus, a punto de ser replicado por Rafael Cabrera-Bello, inmerso asimismo en la batalla de poblar de españoles la parte más alta de la tabla. El canario, sobresaliente, acabó con 65 golpes con una tarjeta, cómo no, donde sus seis birdies no fueron neutralizados por ningún bogey.
¿Y qué fue del recordman del campo, el inglés Ross McGowan, 10 bajo par en los primeros 18 hoyos? Muy sencillo, el británico incumplió la norma no solo en el hoyo 3, sino mucho peor aún en el 6, donde rubricó triple bogey por aquello de un putt de idas y vueltas que cercenó sus opciones de mantenerse al frente de la tabla, que no de, tercer clasificado tras la segunda ronda, seguir optando al triunfo por una capacidad de reacción a tener muy en cuenta en lo que resta de torneo, 36 hoyos donde los aficionados españoles tendrán a buen seguro muchas oportunidades de volver a enloquecer.
ALREDEDOR DEL OPEN
La conexión Arnaus-Garrido funciona
Adri Arnaus (-11) ha sido uno de los mejores golfistas de esta segunda jornada con una vuelta de 64 golpes (-7) en la que han brillado siete birdies sin error alguno. Su cara al final de la ronda era el reflejo de la felicidad. Está recuperando una consistencia que, por momentos, se le ha escapado en este 2021. En un segundo plano permanecía Ignacio Garrido, jugador Ryder en su momento y actualmente entrenador de Adri Arnaus. Su alianza dio grandes frutos en los primeros años del barcelonés como profesional -recuerden su victoria en la Gran Final del Challenge en 2018- y, tras casi un año de paréntesis, ambos trabajan juntos de nuevo desde hace un mes y medio. “A veces hay que tomar decisiones, pero es cierto que lo que funciona es mejor no tocarlo”, decía Adri.
Rafael Cabrera, a repetir domingo, “pero con otro final”
Rafael Cabrera (-10) está reencontrándose en Madrid con sus mejores sensaciones. Decía en la previa que en las últimas semanas estaba jugando mejor de lo que decían sus resultados, y puede que en Madrid esa situación esté comenzando a equilibrarse. “Sé que en cualquier momento van a llegar los resultados. Un -10 tras dos días está muy bien, me permite mantener mis opciones de cara al fin de semana”, explicaba el canario, que firma repetir la historia de hace dos años -partido estelar el domingo con Jon Rahm- “¡pero esta vez con otro final!”.
David Puig se hace fuerte entre la Armada
El rendimiento de la Armada ha sido más que notable en estos primeros dos días de competición en el CC Villa de Madrid -doce jugadores en el corte-, llamando especialmente la atención el rendimiento del amateur barcelonés David Puig. El jugador de Arizona State marcha con -7 tras completar vueltas de 68 y 67 golpes. Once birdies ha hecho el golfista de los Equipos Nacionales en estos 36 hoyos. Con la clasificación en la mano, David Puig se codea con ilustres del golf español: Pablo Larrazábal (-9), Santiago Tarrío (-8), Sebastián García (-7) y Gonzalo Fernández-Castaño (-6) le rodean en la tabla.
Estos nombres no serán los únicos que busquemos en la pizarra este fin de semana; también han pasado corte Jorge Campillo (-5), Jacobo Pastor (-5), Adrián Otaegui (-4) y Álvaro Quirós (-4).
Premios por la concienciación del cambio climático
Este es un Open diferente y se recordará, al margen de por lo que puedan hacer los golfistas, por su cariz marcadamente sostenible. Siguiendo esta línea, ACCIONA ha impulsado la creación de tres premios que se entregarán a la finalización del torneo a los tres primeros clasificados con el fin de concienciarles en la lucha contra el cambio climático.
“Estos premios consisten en medir las emisiones de CO2 de los tres primeros jugadores durante un año, tanto en sus desplazamientos, hoteles como en su actividad deportiva, y multiplicarlas por 10, 6 y 4 años. El resultado de esa multiplicación será las emisiones que ACCIONA se compromete a compensar durante ese tiempo, consiguiendo de esta manera que esos tres jugadores sean los únicos que no emitan CO2 durante su actividad deportiva”, explicó Joaquín Mollinedo, Director General de Relaciones Institucionales, Sostenibilidad y Marca de Acciona.
Apuntes de la historia del Open: Ganador de principio a fin, mejor vuelta ganadora y victoria con mayor margen
En la historia del torneo, solo ha habido un jugador que dominara la prueba de principio a fin, Neil Coles, en 1973. Por otro lado, la mejor vuelta ganadora, de 62 golpes, la protagonizó Bernhard Langer en 1984, en la que ha sido la mayor recuperación final para ganar, 7 golpes.
Sin embargo, la victoria con mayor margen fue la de Sam Torrance en 1982, cuando sacó 8 golpes a Ian Woosnam, Sandy Lyle y Roger Chapman, empatados en segundo lugar.