NOTICIAS
Miércoles, 9 de Mayo, 2018
RFEG
Emma Villacieros: “Todo lo he hecho por amor al golf”
Entrevista realizada en diciembre de 2008, tras dejar la presidencia de la RFEG

De personalidad arrolladora, ha dedicado la práctica totalidad de su vida al mundo del golf. Jugadora de primer nivel, organizadora, dirigente de club –“en Sotogrande, cuando había deudas y mil dificultades y nadie quería asumir la responsabilidad”, como se encarga de recordar cuando sale el tema–, además de directiva federativa, Presidenta de la RFEG entre 1988 y 2008…

Emma Villacieros ha capitaneado la profunda transformación experimentada por el golf español especialmente entre 1990 y 2008 antes de ceder el testigo a Gonzaga Escauriaza, nuevo Presidente de la RFEG. ¿Será verdad, como dicen por ahí, que lleva el golf en la sangre y que por sus venas y arterias discurren, en lugar de glóbulos rojos, bolas de golf, y que en lugar de glóbulos blancos, palos de golf? Pues será verdad.

¿Y ahora, qué?

Pues a seguir involucrada en el mundo del golf, que es mi vida, mi pasión. Considero que mi experiencia puede ser válida para desarrollar nuevos proyectos y estaré dispuesta para lo que me pidan.

Aburrirse no se va a aburrir.

Para nada. Presido la Federación Internacional Femenina, me apasiona el tema medioambiental, el mantenimiento de los campos de golf, la Escuela Nacional, la cantera, quiero seguir jugando con las seniors…

Actividad frenética entonces.

Bueno, perfectamente asumible. Las actividades de la Federación Internacional son puntuales, preparación y asistencia a Asambleas Generales y Extraordinarias, pero desde ahí hay que impulsar el tema olímpico.

¡Qué pronto ha salido el asunto! ¿Una espinita clavada en el corazón?

Claro que sí. Se ha perdido mucho tiempo. En la primera Asamblea General en Saint Andrews, a la que asistí en 1989, ya lo planteé y tenía a casi el mundo en contra.

Curioso posicionamiento, poco entendible por lo menos ahora

Estar en los JJOO es imprescindible para el desarrollo del golf. Hay que ir de la mano de los Tours Profesionales. Pero reitero que lo más frustrante es que hemos perdido tiempo y oportunidades excelentes.

¿Como por ejemplo?

En los Juegos de Atlanta, cuando se eligió Augusta. El alcalde de la ciudad, que era de raza negra, denunció la discriminación que ejercía ese club con las personas de color y a las mujeres. No se cambió la sede, quizá por no herir a Augusta, pero aquello hizo mucho daño al golf porque al final no se celebró el torneo.

Pero Usted, erre que erre.

Por supuesto. Hay que seguir trabajando, machacando. Desde entonces no he parado con este asunto. Ahora, afortunadamente, es distinto.

Por fin los Circuitos Profesionales también lo tienen claro.

¡Si incluso la PGA americana ha puesto a su vicepresidente, junto con el secretario de Saint Andrews, a hacer lobby por la causa! Además, los jugadores están de acuerdo. El próximo 2 de octubre de 2009, en Copenhague, la resolución del enigma.

¿Ahora o nunca?

Es difícil, no está todo hecho, ni mucho menos, pero ahora hay muchas papeletas. El golf está mundialmente reconocido, lo juegan 60 millones de personas, sus audiencias superan los 500 millones, decenas de TV emiten golf en todo el mundo. Esta es la nuestra.

Retornando a cuestiones más domésticas, Usted, Presidenta de Honor.

En España no se tiene la tradición de otros países, se utiliza la experiencia poco o nada. Somos así, pero es una pena porque la valía acumulada es un grado. En la RFEG, creo que con buen criterio, saben que tienen la opción de consultar para lo que consideren oportuno.

¿Ha dejado buen recuerdo?

Por el montón de cartas recibidas, tanto desde el extranjero como desde dentro de España, creo que sí. Muchos coinciden en reconocer la labor para transformar un deporte que era elitista en uno que ya no lo es.

¿Y cuál sería la forma en que le gustaría ser recordada?

Fundamentalmente por el trabajo, por el tesón, por la involucración, por el compromiso. Todo lo he hecho por amor al golf.

Muchos años al frente de la RFEG, dicen algunos…

Yo tampoco quería que fueran tantos, pero quise dejar todo bien hecho, las cuentas claras y el Centro Nacional en marcha, un reto enorme dadas las dificultades administrativas durante tantos y tantos años. Me ha costado muchos disgustos, pero también muchas satisfacciones.

Como que lo inaugurase S. M. el Rey

Es muy raro que el Rey inaugure instalaciones deportivas, por lo que es un honor para el golf español del que me enorgullezco especialmente.

La organización de la Ryder en España, otro gran logro.

A Severiano (Ballesteros) el golf español le debe muchísimo, por su figura, por su juego, por su influencia a la hora de traer la Ryder a España. Pero luego había que organizarla, y el reto era enorme. La Federación, junto con Ortíz Patiño y Valderrama, trabajaron con enorme ahínco para asegurar el éxito.

Popularización y campos públicos, en su haber; poco apoyo a los profesionales, según muchos de ellos, en su debe.

¡Para nada! La Federación, conmigo a la cabeza, siempre les ha tenido presentes. Lo primero que hice fue trabajar en la Copa del Mundo en 1965, y adquirí una gran experiencia que luego he trasladado para ayudar a un colectivo que ha cambiado muchísimo en los últimos 40 años.

Demandan más apoyo…

Por supuesto, como todos los colectivos. Mire, los campos públicos y la popularización favorecen a los profesionales, que tienen más trabajo. Hay que mirar por todos. No todo son jugadores de los grandes Circuitos.

De ese grupo, además, el apoyo federativo es palpable en los últimos años.

Hemos pagado las PQ de muchos, de la Escuela Nacional han salido muchos y muy buenos jugadores, José María Olazábal, Diego Borrego, José Manuel Lara, Tomás Jesús Muñoz, Gonzalo Fernández Castaño, Álvaro Quirós, Pablo Martín y muchos otros…

Le noto con ganas de decir más cosas.

Mire, llegué cuando ya la armada española, los Piñero, Rivero, Severiano, etc, habían aportado muchísimo al golf con sus victorias. Ellos sí que no recibieron ni una sola ayuda, por no hablar de los hermanos Miguel, de Angel Gallardo, Marcelino Morcillo, Valentín Barrios y tantos y tantos otros que veían el golf como una aventura. Entonces la Federación tenía 25.000 federados y poco se podía hacer.

¿La prensa, otra asignatura pendiente?

La prensa, ay la prensa… Es fácil caer simpático, pero lo importante es hacer las cosas bien. Lo tendrán que reconocer algún día, que aquí, la Federación, las Territoriales, los Clubes, los jugadores, todos han aportado su granito de arena para crecer como hemos crecido. Esa es la verdadera historia del golf español en los últimos 30-40 años.

En cualquier caso…

En cualquier caso le estoy muy agradecida a la prensa. Ahora hay mayor formación, mayor conocimiento. Yo nunca quise que hablasen bien de mí, sino bien del golf español, y en muchas ocasiones al golf no se le ha tratado bien.

¿Y qué me dice de las Administraciones Públicas?

Pues que también han cambiado, y una barbaridad. Ha sido una labor incansable en la que me involucré desde el principio. Antes, en los años 80, hablar de golf era nombrar la bicha.

Las cosas, por fortuna, han cambiado.

He hablado con los unos y con los otros, con los de izquierdas, con los de derechas, con los del centro, con los de arriba y con los de abajo. El golf no tiene color político, es universal. Al final creo que les hemos convencido entre todos.

¿Pero no es cierto que los políticos siempre dicen sí?

Pero pocos cumplen su palabra. Con relación al golf tengo que agradecer mucho a Agustín Rodríguez Sahagún, a José María Álvarez del Manzano, a Gómez Navarro.

¡Terrenos para el Centro Nacional!

Increíble pero cierto, sobre todo hace casi 20 años de esto. Recuerdo cuando Gómez Navarro me dijo, cuando le contaba que el golf era para todos, que esos todos cabían en un taxi. Por fortuna estaba bien informado de todo y le dio el impulso definitivo.

Ahora la gente viene incluso en autobús o en bicicleta con sus palos…

Cuando lo veo, de verdad que se me saltan las lágrimas. Lo hemos hecho bien, me digo.

¿El Open de España, felizmente recuperado?

Pues también. Amen Corner hizo una gran labor durante años, pero la situación se había deteriorado muchísimo. Había que actuar. Y actuamos. Ahora vamos a campos excelentes y la gente acude en masa.

¿El urbanismo y el golf, un matrimonio irreconciliable?

El urbanismo y las promotoras han contribuido al desarrollo del golf en España, pero en ocasiones también han hecho mucho daño. Se han hecho urbanizaciones con el campo de golf como jardín, como reclamo. Ahora más que nunca se tiene claro que esa filosofía es errónea.

Por fortuna hay ejemplos de sostenibilidad en España.

Por supuesto. Las cosas se pueden hacer bien. En Portugal, nada más pasar la frontera, hay decenas de campos en el Algarve con una densidad 5-6 ó incluso 10 veces menor que la que tenemos en España. ¿Por qué? Por codicia. Se ha exprimido el golf en beneficio de las ventas.

¿Los ecologistas están ya convencidos?

A fuerza de la razón. ¡Pero si el golf es un defensor del medioambiente! Lo que hace el desconocimiento… Los ecologistas de verdad se han dado cuenta hace mucho y saben perfectamente cuando dicen ciertas cosas por interés político.

¿De dónde le viene este amor al golf?

De la familia. Llegué al golf de casualidad, a los 18 años. Yo iba para el tenis, pero mi padre estaba destinado en América y al lado de casa había un campo de golf. Ahí cambió mi vida. Volví a España con hándicap 9 (sonríe mientras se le enciende la mirada).

De ahí a los equipos nacionales

Si es que éramos cuatro gatos, todo amigas, pero cuatro gatos.

Lo importante en la vida es dejar un buen recuerdo.

Nos lo dijo mi padre cuando se jubiló, y es una frase que me marcó. Era hijo de emigrante, una persona sencillísima. Os dejamos una buena educación, pero no contéis con dinero. Esa forma de obrar la intento reproducir en todo momento.

¿Y qué le dice la cifra de 330.000 federados?

¡Pues que es una auténtica barbaridad! A la gente ahora le parece normal, pero no deja de ser la consecuencia del enorme esfuerzo de todos, de muchos granitos de arena, cada uno en su puesto, aportando, sacrificando.

¿Cuántas zancadillas por ser mujer?

Es un problema de educación, de nuestra sociedad. Tenemos que trabajar el doble o el triple para conseguir lo mismo que los hombres. En Sotogrande nadie quería ser presidente cuando había dificultades. Ahora, con todo saneado, hay hombres al frente.

¿Ha cambiado la RFEG al ritmo del golf español?

Siempre lo ha intentado para impulsar precisamente ese cambio. La transformación ha sido brutal. El volumen es inmenso en estos momentos, se ha profesionalizado en todos los departamentos.

¿Gonzaga Escauriaza?

Tengo muchas esperanzas en el nuevo presidente. Creo que lo va a hacer muy bien, tiene las cosas claras.

¿Algún consejo?

Lo primero ver, luego prever y más tarde proveer, preguntando a personas independientes con experiencia. Yo nunca he querido que me dijeran qué bien está esto, sino, oye, esto habría que mejorarlo.

¿Nostalgia?

Para nada. Tenga presente que me habría ido en 2003, pero quería dejar las cosas atadas y bien atadas, que el CSD reconociese la deuda con el Centro Nacional. Ahora era el momento.

¡Viva España y Viva el Rey!

¡Viva España y Viva el Rey, por supuesto! Representa a todos los españoles. Sumemos y venceremos. Como el golf español hasta este momento.

Por Miguel Ángel Caderot

NOTICIAS RELACIONADAS
ENLACES RELACIONADOS