La práctica deportiva y la competición son instrumentos que están a disposición de los padres para desarrollar la labor educativa con nuestros hijos. Son bastantes los valores y lecciones educativas que podemos extraer de la práctica del golf: el respeto, la humildad, el compañerismo, la disciplina o el fomento de la responsabilidad son sólo algunos de ellos. Te propongo ocho pautas que puedes seguir para utilizar el golf como herramienta para la formación deportiva y personal de tu hijo:

1. Establece unos límites a la actividad deportiva de tu hijo. Que su vida no sea sólo el golf, que éste sea una parte importante de su vida pero no la única.

2. Recuerda que los niños aprenden mejor con el ejemplo. Se un modelo para él. Elogia y aplaude tanto los buenos golpes y actuaciones de tu hijo como la de sus compañeros competidores.

3. Respeta las decisiones de los árbitros y anima al resto a que hagan lo mismo.

4. Respeta a los organizadores y voluntarios de las competiciones que dedican su tiempo en sacar adelante las competiciones y valora los esfuerzos que realizan.

5. Disfruta viendo jugar a tu hijo y asegúrate de que él también lo hace. Si tú lo pasas mal es muy probable que él sienta lo mismo.

6. Interésate por conocer qué es lo que quiere tu hijo con la práctica del golf y crea un entorno que favorezca lo que él busca.

7. Deja que el entrenador haga de entrenador. Mantén una buena comunicación con él, sincera y respetuosa hacia sus decisiones.

8. Ayúdale a entender las lecciones que el golf le puede enseñar para la vida.