Muchos de vosotros hacéis un gran esfuerzo para que vuestros hijos practiquen deporte, porque en realidad sois quienes lo sufrís diariamente: les lleváis a los entrenamientos y en ocasiones les esperáis a que acaben, sobre todo si vivís en ciudades grandes en las que los desplazamientos conllevan demasiado tiempo como para que os podáis permitir el lujo de marchaos con el objetivo de aprovechar el tiempo haciendo otras cosas; os ocupáis de que tengan preparado y en condiciones óptimas todo lo que van a necesitar para practicar dicho deporte; sacrificáis vuestro tiempo libre y anteponéis el deporte a actividades familiares o sociales entre otras muchas cosas. Es indudable que sin este esfuerzo muchos jóvenes no tendrían la posibilidad de jugar al golf con la dedicación y exigencia que este deporte requiere, y por tanto es justo reconocer y agradecer vuestro esfuerzo.

Vuestra actuación diaria tiene una gran trascendencia, pudiendo ayudar pero también en alguna ocasión perjudicar a vuestro hijo deportista. Vosotros siempre estáis ahí viviendo con los jugadores tanto los momentos buenos como los malos, acompañándoles cuando van a jugar, animándolos y apasionándoos con ellos cuando están compitiendo, intentando ayudarles cuando en algunas ocasiones no sabéis muy bien cómo hacerlo...

Es cierto que la sociedad en la que vivimos ha creado todo tipo de aparatos que nos facilitan la vida, con manuales que nos intentan explicar de la manera más fácil posible como sacarles el mayor rendimiento posible, pero ¿quién nos facilita un libro de instrucciones para que aprendamos a educar a nuestros hijos, en este caso deportistas?. Cualquier padre o madre, llevado por el sentimiento positivo que debería conllevar su propio rol, intenta hacerlo de la mejor manera posible, guiado por intuiciones, por recomendaciones de otros padres con diversas experiencias, por lo que han aprendido de sus propios padres,... con esta cantidad de información creáis vuestro propio perfil de padres ideales, que en ocasiones resulta ser muy efectivo y en otras no tanto.

Los padres sois importantes por muchas razones:
1. Porque con vuestra forma de actuar, que imitan vuestros hijos, hacéis que aprendan cómo tienen que comportarse en los diversos momentos a los que se van a enfrentar, tanto en el deporte como en la vida.
2. Porque ayudáis a vuestros hijos a que entiendan que aunque algunas veces no destaquen en su deporte favorito (en el golf), no por eso pierden su valor como personas.
3. Porque mantenéis la buena imagen del club en el que entrena y juega vuestro hijo o hija.
4. Porque os esforzáis para que vuestros hijos disfruten del deporte que más les gusta.
5. Y por otras tantas cosas... entre ellas porque vuestros hijos quieren que seáis importantes. Por todo esto es necesario que se os reconozca y no pase desapercibido el esfuerzo que realizáis con vuestros hijos deportistas.