Raquel Carriedo, Ana Belén Sánchez y Tania Elósegui, las tres jugadoras españolas que han formado parte del equipo de la Solheim Cup y ostentan títulos en el Circuito Europeo y el Banesto Tour, tomarán parte en la segunda prueba del Banesto que esta semana se celebra en el madrileño Club de Golf Retamares.

La malagueña Ana Belén Sánchez ganó en 2009 el torneo alavés de Larrabea y finalizó la temporada en la primera posición del ranking del Banesto Tour, aunque fue la guipuzcoana Tania Elósegui quien se impuso en la final de Zaudín, en Sevilla, tras vencer en play-off a Azahara Muñoz y a la italiana Margherita Rigon. La zaragozana Raquel Carriedo, retirada seis años de la competición, regresó el año pasado y se proclamó vencedora del Banesto Tour en Pedreña.

Las tres campeonas han tenido el honor de representar a Europa en la Solheim Cup: Raquel en 2000 y 2002, la primera vez gracias a una magnífica temporada y la segunda merced a sus triunfos en Taiwán, Suecia e Irlanda que la situaron como número uno de Europa en 2001, y a su victoria en el Tenerife Ladies Open 2002; Ana Belén formó parte del equipo en 2003, gracias a la regularidad, aunque no consiguió ganar hasta el Open de Italia 2004. Tania Elósegui jugó la Solheim Cup en 2009, el mismo año que triunfó en el Abn Amro Open de Holanda.

Raquel Carriedo: “La primera vez que jugué en 2000 en Escocia recuerdo que estaba muy nerviosa y fue agotador. Hizo mal tiempo, lluvia, frío… y no pudimos terminar ninguna jornada, teníamos que madrugar muchísimo para completar los hoyos que nos faltaban y así estuvimos toda la semana. Yo me sentía novata total, pero ganamos.

Sin embargo, disfruté mucho a pesar de perder en 2002 en Estados Unidos, estaba en mi mejor momento de juego y fue una gran experiencia. El segundo día Karine Icher y yo ganamos un partido a Rosie Jones y Cristie Kerr y todavía recuerdo sus miradas asesinas, yo las metí desde todos los lados.

Jugar la Solheim Cup es un orgullo aunque no es nada fácil, el golf es un deporte individual y, cuando estás defendiendo un equipo o representando a un continente, tienes que cambiar de mentalidad y no todo el mundo se sabe adaptar, es mucha responsabilidad”.

Ana Belén Sánchez: “Muchos nervios, lo primero que se me viene a la cabeza es lo nerviosa que estaba cuando jugué la Solheim Cup, pero eran nervios de los buenos, de los que te hacen disfrutar. Recuerdo el primer golpe, era incapaz de poner el tee en el suelo, me temblaba todo. Fue una experiencia que nunca olvidaré. Yo iba casi todo el tiempo por delante en mi partido individual y Annika Sorenstam, que estaba jugando el suyo, dijo que le había motivado mucho ver a una rookie ganando, me hizo mucha ilusión el comentario viniendo de quien venía”.

Tania Elósegui: “Recuerdo el primer partido en el tee del uno y los chillidos del público americano ¡¡U-S-A, U-SA!! Era increíble. Jugué con Helen Alfredson y ganamos a Angela Stanford y Juli Inkster en el 18, lo pasamos fenomenal y nos reímos mucho. Yo estaba nerviosísima, como un flan, pero me ayudó mucho el consejo que me dio José Mari Olazábal, me dijo ‘pase lo que pase, disfruta de cada momento y todo lo que puedas’, y disfruté una barbaridad. Nunca lo olvidaré”.